viernes, 16 de marzo de 2012

Beth Moysés, Recuerdos Velados



"Son cien mujeres. Caminan en fila por algunas de las calles más transitadas de Bogotá. Cada una luce un vestido de novia que con la larga caminata deja de ser un pulcro recuerdo ceremonial y se transforma en un traje desgastado y sucio. En las manos de cada mujer reposa una canastilla y en ellas un montón de recordatorios que entre almendras y tarjetas evocan algún viejo y dulce ritual.
Recuerdos Velados, nombre del performance de Beth Moysés, ha sido visto en diversos países. En él se conjugan varios de los elementos que han marcado la propuesta de la artista brasilera, quien a partir de aspectos como la memoria, la decepción y la resistencia ha logrado consolidar un discurso estético en que, más allá de los estereotipos, el fin se convierte en principio y las historias dulces se pierden en desenlaces trágicos.
El recuerdo impreso en aquellos trajes, la evocación de momentos aparentemente felices, son solo un punto de partida para reconstruir un centenar de destinos cuyas escenas posteriores no siempre coinciden con esos fragmentos de memoria. Unos destinos que, incluso, en medio de la acción artística se ven marcados por los comentarios displicentes de la calle, los piropos machistas y los cambios de ritmo que se desprenden de las diferencias “ambientales” (medidas por la agresividad) entre unas calles y otras.
La estación “final”, si es que esa palabra cabe, la iglesia de Lourdes. Cien novias congeladas frente a su fachada por algunos minutos para luego disponerse a repartir recordatorios entre los presentes. Ese punto protagónico del ritual marcado por la palabra “miedo” y algunas almendras se da justo cuando los trajes han perdido su esplendor, como resultado de la rutina previa, y los antes han sido reemplazados por este único momento en que mentiras y verdades se confunden en un trozo de tul.
La acción que pudo observarse en Bogotá contó con la participación de mujeres colombianas que estuvieron inmersas en alguna situación violenta. Y se desarrolló como parte de los actos de conmemoración del día de la mujer, gracias a organizaciones como la Fundación Arteria y UNIFEM".
Texto: Olga Lucía Lozano.